AUTORETRATO
Me encantan todas las artes y cualquier actividad que se encamine a crear, innovar y descubrir, mediante la exploración, las múltiples caras ocultas de la realidad. La danza es, junto a la fotografía, mi gran pasión, y estudiar y experimentar la íntima conexión entre música, mente y movimiento me fascina. La vida es un regalo efímero, y nuestra obligación moral es esforzarnos cada día por encontrar la felicidad en las más pequeñas cosas. Captar un instante fugaz de felicidad en una fotografía es para mí algo mágico.Procuro relacionarme siempre con personas que respetan nuestro entorno, que buscan en su interior la esencia de su ser y que conviven con los demás de forma amable, cordial, afectuosa.
EL DESCUBRIMIENTO DE LA FOTOGRAFÍA
En 2008 estudié mi primera asignatura de fotografía en un instituto de Idaho (Estados Unidos), y desde aquel momento quedé cautivada por este arte. De regreso a España, cursé el bachillerato artístico y, en los años 2011 a 2013 estudié Fotografía y Creación Digital en la Universidad Politécnica de Catalunya. Gracias a esa formación aprendí todo lo referente a la tecnología de las camaras fotográficas. 
En 2014 estudié un año en la UCA (University of the Creative Arts), en la ciudad inglesa de Farnham, y luego un año más en el EFTI (Centro Internacional de Fotografía y Cine) en Madrid. Estos estudios, junto con los cursados en 2015-2016 en el IEFC (Institut d’Estudis Fotogràfics) de Barcelona, me abrieron las puertas de la creatividad artística. Aprendí que para tomar una buena foto no es indispensable disponer del mejor estudio, magníficos focos o la cámara más sofisticada. Descubrí que lo más importante son los ojos de quien trata de ver  lo extraordinario en lo cotidiano, de buscar la emoción tras cada gesto, de penetrar, con el iris mágico del artista, en la realidad aparente para sacar a la luz su esencia.
LA FOTOGRAFÍA DE BODAS
Siempre había asociado la fotografía de bodas con imágenes estáticas, artificiales, falsas… Para mí, este tipo de fotografías carecía de cualquier valor artístico y no reflejaba la realidad. Mis estudios en EFTI, sin embargo, me hicieron comprender que en la fotografía de bodas podía haber tanto o más talento que en cualquier otro ámbito de este arte. Al fotografiar una boda, mi propósito es inmortalizar en imágenes las múltiples facetas de una experiencia única para los novios, y, por tanto, ir mucho más allá de la mera ceremonia; una boda, al cabo, son también los prolegómenos: los amorosos preparativos del banquete, el vestido y el traje comprados y probados con tanta ilusión, la peluquería, el maquillaje, la espera impaciente, las amigas y los amigos que comparten tantas emociones, la ilusión de la familia, la llegada de los invitados… 
Captar el entorno que enmarca la celebración y el ambiente que se respira en ella es para mí algo esencial: fotografiar a los novios y a los invitados mientras se relacionan entre sí, sus gestos espontáneos y expresivos (una mirada, una sonrisa, unas lágrimas, un paso de baile..), los pequeños detalles que enriquecen la fiesta (unas flores, un plato servido, un elemento decorativo)… Con ayuda de las más variadas técnicas fotográficas (las panorámicas, los primeros planos, las perspectivas, los contrastes, los enfoques, los juegos de luz y sombras…)  y de una laboriosa posproducción, pretendo que cada una de mis imágenes sea artística. Mi intención es que, al contemplarlas, todos puedan revivir y gozar los incontables instantes de la ceremonia; pero también me propongo poner el ojo y la lente en aquellos detalles que a menudo pasan desapercibidos, de manera que mis fotografías permitan redescubrir por qué aquel día fue tan especial.

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